miércoles, 25 de junio de 2014

Curiosidades de Santiago


Sistema infernal de pagos

Esto es algo que a mi siempre me ha parecido extraño e incómodo para el cliente. Antes me ponía muy nerviosa porque tardas tres veces más de lo normal en comprar, pero se hace así en casi todos los comercios y es cuestión de acostumbrarse. Se trata de la manera de efectuar el pago de un producto. Por ejemplo, si estás en una tienda cualquiera en Santiago, lo más normal sería que hicieses dos o tres "colas" para poder comprar. 
La primera espera la harás para que te atienda un dependiente. Una vez que te atiende y vas a pagar, te dicen "no, tienes que pagar en aquella caja que está en la otra punta del establecimiento". Vale. Vas y haces la cola que hay en la caja, pagas, y en vez de recibir tu producto te dan un papelico y te dicen "no, ahora vas allá y le das el papelico a esa señora de los rulos y te da tu producto". Cuando llegas a la tercera cola y ya por fin te dan lo que compraste, estás deseando largarte de la tienda.

Este sistema se realiza en la mayoría de comercios pequeños o medianos (zapaterías, farmacias, librerías...). También se practica en bares. Sí, como leéis. Si queréis pedir un cubata en un pub de Santiago haréis una cola en la caja para pagar, te darán el dichoso tique y con eso tendréis que ir al camarero para que os ponga el cubata. 

Una vez me pasó que después de hacer la cola con el papel, pedí una cerveza y el camarero me dijo "no, esta no es la cola de las cervezas, es la de al lado". El camarero estaba a escasos centímetros del grifo de la cerveza, pero por alguna extraña razón él solo podía poner copas y tuve que ir a la cola de su compañera la encargada de las cervezas.

Después de consultar con algunos amigos chilenos, me confirmaron lo que ya imaginaba. Que este sistema se estableció así desconfianza hacia los empleados. 

Más universidades que personas

Otra cosa sorprendente de Chile es la cantidad desmesurada de universidades que hay.

Solo en Santiago hay 5 universidades públicas, y ojo, 30 universidades privadas. En casi todas las calles principales hay una facultad de alguna universidad. Las hay muy pequeñitas y otras más grandes, pero todas coinciden en algo: son muy caras. 


Fachada de la Universidad Católica de Chile

viernes, 6 de junio de 2014

Murcia - Santiago: parecidos razonables

Es una locura comparar una ciudad de menos de 500.000 habitantes con otra de casi 7 millones, así que está claro que la cordura no es mi gran virtud. Lo reconozco, tengo un gran fallo: me encanta compararlo todo. Aunque sea a modo de anécdota, pero me gusta sacarle parecidos a las cosas e incluso a las personas. De hecho, me tomo una cerveza y encuentro dobles de actores, cantantes, políticos... muchos amigos también han sido víctimas de mi delirio comparativo.

Siempre os hablo de diferencias: diferencias del calendario festivo, diferencia de horarios, diferencia de estaciones... Esta vez voy a hablar de similitudes que encuentro entre Santiago de Chile y Murcia (mi tierra), que hacen que muchas veces me sienta como en casa.

El acento:

Si tuviese que describir el acento chileno sería muy sencillo: es "el murciano de Sudamérica". Ambos se comen las eses, no terminan las palabras y cuando hablan rápido no hay quién les entienda. Tanto los chilenos como los murcianicos, reconocemos que nuestro castellano no es el más puro y castizo.

El "acho" murciano, en chileno sería "hueón". Se utiliza para todo. A ambos nos gusta modificar palabras, una de las expresiones más utilizadas en Chile es el "ya po", que viene del "ya pues", igual que el "acho" viene del "macho" o del "muchacho". Así somos, siempre acortado, no tenemos tiempo que perder.

La lluvia:

En Santiago al igual que en Murcia llueve poco, poquísimo, eso sí, el día que le da por caer, todo se inunda y como dicen aquí "queda la cagá". Con cuatro gotas y media, se paraliza la ciudad, la gente se vuelve loca como si cayese ácido sulfúrico en vez de agua, muchos niños no van al colegio y la gente encuentra la excusa perfecta para no ir al gimnasio.

El río:

El río Segura recuerda, en cuanto a caudal (más seco que el ojo de un tuerto) y por sus aguas cristalinas, al río Mapocho, de Santiago. Además, en el cauce del río Mapocho, hay un largo paseo muy agradable, llamado parque Forestal, lo que podría asemejarse a "El Malecón" de Murcia.

A la izquierda el Río Segura, a la derecha el Río Mapocho

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