miércoles, 29 de julio de 2015

Karaoke

Después de casi dos años en tierras chilenas, ya no hay tantas cosas que me sorprendan como antes.
Recuerdo cuando llegué todo era nuevo, había muchas cosas que no entendía o me hacían mucha gracia. Será que ya estoy adaptada a este país, o no, no lo sé, pero lo cierto es que ya lo veo casi todo normal. Bueno, todo no. Hay cosas que todavía me chocan, como por ejemplo la pasión de los chilenos por los karaokes. Esos bares a los que en España solo van viejos o algún grupo aislado de amigas borrachas que por hacer la gracia van a liarla a pegar alaridos y cantar canciones unos hits de Raphael, como "Mi gran noche". Sí, vale.
Pero no nos engañemos, nadie que esté pensando en salir de fiesta en España dice "oye tío, me apetece ir al karaoke a echarme unas rancheritas". NO.


Tienes tantos bares buenos, tienes taaaantas discotecas, chiringuitos, pubs, cafeterías... que a nadie se le ocurre ir a un karaoke. Vale, sí, hay alguno por ahí, para casos de extrema necesidad, como despedidas de soltera que salen mal, o alguna vez que tengas que salir con tus primos más jóvenes, pero ya está. Te alegra saber que está ahí, pero esperas no necesitarlo nunca, como las mascarillas de oxígeno de los aviones.