domingo, 7 de septiembre de 2014

Un día en "El Monumental"

¡He vuelto!

Disculpen esta larga ausencia... No he perdido el tiempo, he estado en España, tres semanas con la familia y los amigos, comiendo comida de mamá, viendo a los abuelillos, yendo a la playa día sí día también... En definitiva, sufriendo mucho. Pero ya estoy de vuelta, síndrome postvacacional superado y lista para continuar con esta aventura.

Hoy os cuento mi experiencia en "El Monumental", estadio de fútbol del Colo Colo, equipo más emblemático y con más títulos de Chile.

Llevaba tiempo queriendo ir a ver un partido de fútbol del Colo Colo,  como aficionada al fútbol de toda la vida y periodista deportiva a ratos, era una experiencia que no quería perderme.

Durante el partido Colo Colo vs Antofagasta


Elegí un partido "facilito". No se me ocurriría ir a ver un Colo Colo vs. Universidad de Chile (el clásico de Chile), porque la que se lía en este partido suele ser tremenda y creo que de momento no estoy preparada para tanto... Por eso fui a un partido tranquilo, Colo Colo vs Antofagasta.

Antes de ir, consulté qué zonas eran las mejores del estadio y las más seguras. Me recomendaron "Océano" y "Cordillera". Elegí esta última. La entrada costó 9.000 pesos (11,50 €) y es sin numerar, así que si vas con tiempo como hicimos nosotros, podías elegir sitios muy buenos. (¿Imagináis pagar 11,50 euros por un partido de primera división española?)

Decidimos ir con bastante tiempo, porque ya nos advirtieron que era lo más sensato. El metro se satura de aficionados de las "barras" (los aficionados más "ultras") y puede llegar a ser peligroso. Mis compañeros de trabajo chilenos me metieron un poco de miedo con esto. Para añadir más leña al asunto, en el metro un señor se dio cuenta de que éramos españoles y nos aconsejó que no hablásemos mucho hasta llegar a nuestra zona y que no llamásemos mucho la atención. Normalmente cuando intentan meterme miedo en el cuerpo suelo soltar un "venga, no será para tanto" y no suele serlo. En este caso, la verdad, le hice caso al abuelito y fuimos atentos.

Barra Colo Colo (durante otro partido)

No pasó absolutamente nada. Cuando llegamos a la puerta pasamos tres controles de seguridad (me alucinó la cantidad de gente que había trabajando para tan poco público). Lo único que te pedían para entrar era la entrada y el RUT (DNI). Es imprescindible llevarlo. A una amiga que venía con nosotros se le olvidó y la pobre no pudo pasar. Se volvieron su novio y ella, y por cierto, trataron de vender las entradas a un reventa que intentó engañarles con billetes falsos. Al final consiguieron venderla bien, pero ahí sí me comentaba mi amiga que se asustó un poco... (¡normal!)

Ya dentro del estadio, todo genial. El sitio estupendo, el estadio es viejo y está descuidado, pero tiene su encanto. La barra, en el fondo, no paró de animar y cantar ni un solo minuto. Eso fue lo que más me gustó. Aprendí algunos cánticos y me reí mucho con los comentarios de los aficionados... Ya quisieran muchos equipos españoles tener una afición así.

La verdad es que en algunos momentos me sentí como un turista chino en el Camp Nou, de estos que van a hacerse la foto y no tienen ni pajolera idea de quién juega, ni de las canciones ni de nada. Pero fue entretenido ver la pasión con la que se vive todo.

Colo Colo ganó 4-0 a Antofagasta, aunque, sin querer desmerecer el trabajo de los locales, el Antofagasta tenía el nivel de un equipo de Segunda B española. 

El resultado fue lo de menos, aunque siempre se agradece ver un partido con muchos goles.

Salimos un poco antes del final, de nuevo para evitar atascos o aglomeraciones en el metro y todo fue bien.

Una experiencia divertida y recomendable, si os gusta el fútbol, claro.

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